Alonso Sánchez Coello. Autorretrato (¿?). Hacia 1570 Museo del Prado. |
Su primera infancia se desarrolló en Benifairó hasta que con diez años, se trasladó a Castel Rodrigo (Portugal) con su abuelo, quien estaba al servicio del rey D. João III, mientras que su padre, Luis Sánchez Galbán, permaneció en España. Ya en su madurez, Alonso Sánchez Coello declaró tener antepasados nobles portugueses cuando pretendió entrar en la Orden de Santiago. Todos estos hechos y el origen portugués de su segundo apellido (Coello/Coelho) hacen pensar en su ascendencia lusa.
En Lisboa pudo empezar su formación como pintor en el taller del pintor flamenco Cristóbal de Utrecht. Posteriormente entró al servicio de la corte de D. João III, quien le protegió y envió a Flandes en 1550 para aprender en el taller de Antonio Moro, su auténtico maestro, de quien adquirió su perfección como retratista, expresada en el detallismo, en la captación del espíritu de los personajes representados y en la sobriedad. De esta manera, su formación fue un tanto atípica para lo habitual en su tiempo, puesto que a diferencia de otros pintores de su época y posteriores, no realizó ningún viaje a Italia.
Dª Juana de Austria |
En 1551, Antonio Moro recibe de Carlos V el encargo de retratar a la familia real portuguesa en Lisboa, por lo que Alonso Sanchez Coello, acompañando a su maestro, vuelve a la capital lusa. Entre 1552 y 1554 conoce en la corte portuguesa a la ya entonces princesa de Portugal Juana de Austria, quien le recomienda a su hermano Felipe II para que pase a su servicio. En 1555, un año después del regreso de Dª Juana a España, ya es nombrado pintor de corte de Felipe II en Valladolid.
A partir de 1559, Sánchez Coello se traslada a la corte de Madrid cuando su maestro Antonio Moro se retira de España y de la corte, ocupando su puesto como pintor de cámara y retratista favorito donde aprovechó la posibilidad de acceder al estudio de las obras de Tiziano y otros artistas italianos en las colecciones reales. De ellos asimiló un tratamiento menos rígido de las figuras, las texturas y los colores.
En Madrid obtuvo la máxima confianza del rey que le asignó una vivienda en la Casa del Tesoro, contigua al Alcázar madrileño, en la que vivirá con su mujer, Luisa Reynalte, y sus hijas, que mantuvieron una estrecha relación con la familia real.
En Madrid obtuvo la máxima confianza del rey que le asignó una vivienda en la Casa del Tesoro, contigua al Alcázar madrileño, en la que vivirá con su mujer, Luisa Reynalte, y sus hijas, que mantuvieron una estrecha relación con la familia real.
La infanta Isabel Clara Eugenia |
Sus retratos destacan por el detallismo de los trajes y la capacidad de penetración en la psicología del modelo. Fueron enviados a todas las cortes europeas por lo que se difundió un tipo de retrato que consiguió aceptación internacional, como la del Príncipe D. Carlos, y que fue desarrollado en España por Pantoja de la Cruz e incluso por Velázquez. Su pintura religiosa destaca por el Manierismo típico de los primeros años de la Contrarreforma. Falleció en Madrid en 1588.
El príncipe D. Carlos |
Hola Antonio:
ResponderEliminarDe un modo u otro, ambos nos cruzamos con la infanta Doña Juana de Austria (muchas gracias por el enlace). Gracias también por descubrirnos el origen ¿luso? de Sánchez Coello y su trayectoria portuguesa, que desconocía por completo, y por ese autorretrato (del que tampoco tenía conocimiento) que encabeza tu artículo, que me parece una obra bellísima.
Abrazos, Jesús
Hola Jesús,
EliminarTenía el post "en cartera" esperando la ocasión propicia. Y esta vino de la mano del magnífico sepulcro de Dª Juana de Austria con el que abriste la semana. El pintor y ella tuvieron una relación con Portugal de ida y vuelta muy similar. En relación a su origen luso es innegable, todos los Coello, Coello de Portugal, etc, lo tienen. Me alegro mucho de que te haya gustado.
Un abrazo
Hola Antonio. No conocía la obra de este pintor, y los retratos, me parecen excelentes. Gracias por mostrárnoslos.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias a ti, José, por el comentario. ¿Verdad que tiene un detallismo increíble en las expresiones y en las vestimentas?. No te pierdas los comentarios de más abajo, porque amplían algunos temas sobre el pintor.
EliminarUn abrazo
Hola, Antonio, ya echaba de menos tus artículos "cortesanos"...
ResponderEliminarEste es muy interesante (como siempre). Me gusta mucho la sala del Prado en que están sus cuadros, con los de Moro, y alguno de la gran Sofonisba, además de por lo pictórico porque te llevan a esa corte del siglo XVI. No he podido dejar de cotillear porque tampoco conozco ese autoretrato, y es que es una pena que no esté expuesto.
Un abrazo
Hola Mercedes. Me ha gustado mucho eso de artículo "cortesano" (supongo que te refieres al sentido más estricto de la palabra). Esa sala es una de los Sancta sanctorum del Prado ¡y aún es mejorable! como ha propuesto en alguna ocasión Concha en su Cuaderno de Sofonisba. Mas abajo matiza datos muy interesantes.
EliminarGracias y un abrazo.
Hola Antonio, como sabes, en mi dedicación a Sofonisba me he encontrado a menudo con Alonso Sánchez Coello y no pocas veces he visto como sus caminos se cruzaban. Siempre me ha llamado la atención este presunto retrato de Sánchez Coello, que es genial, y aunque estoy fuera de casa y no puedo consultar la fuente, he leído una teoría plausible de que en realidad el retrato lo realizó precisamente su maestro, Cristobal de Utrecht. No sé si lo viste el la exposición de "la belleza encerrada" del Prado. Respecto al Felipe II que reproduces, supongo que sabes que es una de las copias del retrato de Anguissola que está en la Sala 56 del Museo (que en este momento está ausente), Por cierto estoy en Barcelona y he visto en Caixaforum la exposición "la belleza cautiva" organizada por el Museo del Prado en la que han expuesto el Retrato del Poeta Caselli de Sofonisba que fue adquirido por el museo hace un par de años. Saludos.
ResponderEliminarHola concha, es una suerte tenerte por aquí de vez en cuando (incluso estando en Barcelona). Gracias a tu puntualización, he ampliado el pie de foto del supuesto autorretrato y cambiado el retrato de Felipe II para evitar confusiones. La verdad es que no vi la exposición que citas del Prado, que debió ser excelente. También imagino cómo te habrá gustado ver al poeta Caselli de Sofonisba en Caixaforum.
EliminarAprovecho desde aquí para comentarte que flipé literalmente con tu entrada sobre Klimt en España. Siendo uno de mis artistas fetiche, junto a casi todos de la Secession vienesa, se intuyen en sus postales todos los problemas físicos y psíquicos que padecía... Enhorabuena por el artículo y el viaje tan bien aprovechado.
Un abrazo
Hola Antonio,
ResponderEliminarDa gusto leer tu artículo y los aleccionadores comentarios. Empiezas por el gran Sánchez Coello y acabas en el museo del Prado mirando detalles de los recamados de sus retratos. De pronto te interesas por Sofonisba y acabas admirando El beso de Klimt. He aprendido mucho, estoy agotado y me voy a echar una artística siesta.
Felicidades por el trabajo bien hecho.
Un abrazo.
Hola Manuel, está claro que a veces los comentarios completan y dan una dinámica insospechada al artículo. Esta es una de las recompensas de este "juego" bloguero, sobre todo si se cuenta con comentaristas de lujo como todos vosotros. Cuando te levantes de la artística siesta te recomiendo que leas las postales de Klimt que puso Concha en su último post. No tienen desperdicio.
EliminarGracias por el divertido y analítico comentario. Un abrazo