martes, 27 de enero de 2015

João Pedro de Almeida Mota




João Pedro de Almeida Mota (Lisboa, 1744 - Madrid, 1817) fue un compositor portugués del periodo de transición del barroco al clasicismo. En archivos españoles figura como Juan Almeyda y él mismo firmó algún manuscrito italianizando su nombre como D. Giovanni Pietro de Almeyda.

Si exceptuamos alguna referencia puntual y el descubrimiento que Filipe de Sousa hizo en 1967, en el Palacio ducal de Vila Viçosa, de la partitura del oratorio La Pasión de Jesucristo con libreto de Pietro Metastasio para solistas, coro y orquesta, la personalidad y la obra de este compositor portugués permanecieron casi ignoradas por la historiografía musical ibérica hasta los inicios de los años 80 del siglo XX.

Por esas fechas, las investigaciones de Humberto d'Ávila comenzaron a dar frutos permitiendo hoy no solo conocer la identidad del enigmático compositor sino la localización de la mayor parte de su producción reflejadas en su libro Almeida Mota, Compositor Português em Espanha (Lisboa, Ed. Vega, 1996).

João Pedro de Almeida Mota fue un niño del coro de la Se de Lisboa entre 1752 y 1758, donde recibió su primera formación musical. En 1761 firmó en el Libro de Entradas de la Hermandad de Santa Cecilia, en calidad de cantor de la capilla Real. Años mas tarde lo encontramos como Maestro de capilla de la Cámara del arzobispo-infante de Braga (D. Gaspar, hijo ilegítimo de D. João V y por tanto medio-hermano de Bárbara de Braganza) y en 1771 aparece como tenor en la catedral de Santiago de Compostela.

A partir de 1772 se le sitúa en Mondoñedo y en las catedrales de Lugo y Astorga, como Maestro de capilla, hasta que en 1793 se traslada a Madrid para ocupar el cargo de Maestro de Rudimentos del Real Colegio de Niños, anexo a la Real Capilla. 

Real Capilla. Palacio Real. Foto: Eric Chan. 
Cinco años mas tarde sería nombrado compositor de la Real Capilla. A finales de 1799 volvió a Lisboa, en la comitiva del marqués de Mos, donde pasó unos meses antes de volver a la corte. Ya en Madrid reuniría una colección de solfeos propios para uso en el Real Colegio

Este Real Colegio, también conocido como Colegio Real de Santa Bárbara para niños músicos, estaba situado en la calle de Leganitos y se estableció en la casa denominada de los "capones", donde se preparaban a los castrati. El Colegio estuvo dirigido, en tiempos de Fernando VI, por el célebre Carlos Broschi (Farinelli) y fue extinguido en 1835.

En 1808 los invasores franceses cerraron la Real Capilla y Almeida Mota tuvo que vivir de otros trabajos. Tradujo al español uno de los tratados de Francisco Antonio Solano, el mas influyente teórico musical del siglo XVIII portugués, Examen instructivo sobre la música multiforme, métrica y rítmica (Madrid, 1818). 

Desde que llegó a Madrid se dedicó principalmente a componer obras sacras para las instituciones donde trabajaba, como misas, salmos, lamentaciones, laudes, motetes, magnificats, himnos, etc, asi como villancicos ya que, al contrario que en Portugal donde fueron prohibidos por D. João V, gozaban de gran popularidad en las iglesias españolas.

Sus funciones en la corte madrileña le obligaron, también, a escribir música de cámara profana, llegando a componer varias canciones italianas y 16 cuartetos de cuerda para el rey Carlos IV quien, como violinista amateur, ocupaba con regularidad el puesto del violín segundo en el cuarteto de los conciertos de la corte.

João Pedro de Almeida Mota conjugó influencias de Haydn, Boccherini o Pleyel con un lenguaje personal, tratándose de una producción inédita entre los compositores portugueses de este periodo que ni el propio João Domingos Bomtempo llegó a alcanzar. Dejó más de 200 obras entre los archivos y catedrales de España y Portugal. 


Y como para muestra un botón, despues de la Obertura enlazada al inicio del post, os dejamos con el Coro final de La Pasión. Esperamos que os guste.


FUENTES:
Centro de Informação da Música Portuguesa
Casa da Música. Oporto.
Centro Virtual Cervantes. La tradición ibérica de Almeida Mota, por José Ramón Ripoll.

BIBLIOGRAFÍA:
Recuerdos portugueses en Madrid. José María Sanz García. Instituto de Estudios Madrileños. 1992.

martes, 20 de enero de 2015

CR7, Balón de oro 2014


Cristiano Ronaldo recibió su tercer Balón de Oro (2008, 2013 y 2014) en la gala celebrada la semana pasada en el Palacio de Congresos de Zúrich (Suiza). El delantero portugués, con un 37,66%, superó a Messi (15,76%) y a Neuer (15,72%). Tras recibir una gran ovación al recoger el trofeo, dijo:
Quiero saludar a mi familia, a mi hijo, a mi madre. Agradezco a todos los que han creído en mí, a mi entrenador, compañeros, presidente… A todos los que me han ayudado en el Real Madrid.
Ha sido un año inolvidable a nivel de equipo y personalmente. Es algo único y me siento muy feliz. Esto me motiva para seguir como hasta ahora para intentar conseguir más títulos. Saludo también a mi padre, que está ahí arriba viéndome. Gracias también a la selección de Portugal y a todos los portugueses.
Es un momento inolvidable en mi carrera. No imaginé ganar el Balón de Oro tres veces. Espero no quedarme en esto, espero alcanzar a Messi, pero no me obsesiona. Quiero entrar en la historia del fútbol como el mejor, y esto se hace trabajando día a día.
¡Siiiiiiuuuuuu…!

Ese grito, estentóreo (que no ostentóreo, como diría J. Gil), grito de guerra, de celebración propia a sus compañeros (y fuera de lugar para muchos), era la liberación de un peso, de una presión anímica y física, el resultado de forzar su cuerpo más allá del límite recomendado por los médicos.  

No hubo manera de frenar el deseo del futbolista de hacer méritos. No hubo forma de persuadirlo de que subirse al escenario de Zúrich por tercera vez podría costarle demasiado caro. Su meta, como quedó claro en su discurso, es conquistar dos Balones de Oro más y así superar los cuatro de Messi y poder gritar al mundo que él, Cristiano, es el mejor de siempre.

El tiempo corre en su contra, en contra de su cuerpo, y, sobre todo, de sus rodillas. Pero la llama no se apaga, porque Cristiano tiene también otras caras:

El orgullo que siente por su país y por su lengua que sabe exhibir en los momentos importantes. Allí, hay quien dice de él que es la única persona que da alegrías a los portugueses. Aquí podemos decir que hay alguien que nos pone contentos a portugueses y españoles (bueno, a parte de ellos) al mismo tiempo.

Su lado solidario y comprometido con todos. Lejos de los focos y de los terrenos de juego, Cristiano está siempre al tanto para ayudar a la gente que más lo necesita y son ya muchas las veces que de manera desinteresada y sin publicidad alguna ha cumplido el sueño de familias necesitadas de alguna intervención quirúrgica muy costosa. 

Foto: Jorge Monteiro
También tiene por costumbre visitar de vez en cuando algunos hospitales madrileños. Acude de manera anónima. Pasa por la planta infantil y charla con los más pequeños, contando sus aventuras futbolísticas. El objetivo es conseguir que los niños olviden su estancia en el hospital durante unos instantes.


Dicen que ser padre le cambió su forma de ser, sus prioridades, que aceleró su calidad humana. Estamos seguros de ello porque se le nota en su actual actitud comprometida.

En el siguiente vídeo podemos ver el simpático gesto que tuvo con su hijo ante la llegada de Messi, ídolo también del pequeño Cristiano y compañero suyo ante todo.




Fuentes del texto:
El País
Real Madrid

Fuente de fotografías en Zurich:
Helios de la Rubia (web Real Madrid)

Agradecimiento:
A Teresa S. Lázaro, por su incentivo y participación en el post.

lunes, 12 de enero de 2015

Las pinturas de Mombello, en Madrid


Otra de las espléndidas exposiciones que hemos podido ver entre Madrid y Lisboa durante los pasados días de descanso navideños ha sido la de la Colección Abelló, que se celebra en las salas de CentroCentro Cibeles de Cultura y Ciudadanía (vulgo, palacio de Cibeles) hasta el 1 de marzo.

Confesamos que nuestra primera intención era la de encontrarnos también cara a cara con las, antes denominadas, pinturas de Mombello, de las que tanto indagamos el año pasado. Pero hay que decir que como el conjunto de la colección es excepcional, tanto en calidad como en amplitud estilística, esta primera intención fue diluyéndose según íbamos avanzando de sala en sala, dando paso a una admiración global por la colección.


Acceso a la primera sala de la exposición. A la izquierda,
una de las pinturas buscadas. Foto: ABC.
Vamos a referirnos sólo a la primera sala, denominada Madrid, Villa y Corte, donde se encuentran las citadas pinturas y sólo a ellas en particular, debido a su ya conocida vinculación con la Casa marquesal de Castel Rodrigo.

La primera impresión al situarte frente a ellas es impactante por su fuerte cromatismo y por el tamaño de dos de los cuadros, Sitio de La Florida y Palacio del Buen Retiro, ambos con 235x290 cm de dimensión, 


Sitio de la Florida, ca. 1670.
Inscripción: "SITIO DLA FLORIDA" (en la filacteria).
 Palacio del Buen Retiro, ca. 1670. Inscripción:
 "PRADO DE S. GEROº Y PASEO D CARLOS II REI DE SPA..."
(en la filacteria).
mientras que Vista de la Torre de la Parada, mide 140x203 cm, todas ellas pertenecientes a la Escuela madrileña. Pero sobre todo impacta por verlas finalmente "al natural" conociendo los avatares y el periplo recorrido por ellas y sus propietarios durante mas de tres siglos. 


Vista de la Torre de la Parada, ca. 1670.
Inscripción: "LA TORRE DE LA PARADA" (en la filacteria).
En seguida nos damos cuenta de que estamos ante tres pinturas, no ante el grupo de cinco que conocíamos en su anterior localización por la imagen de la escalera del palacio de Mombello (Imbersago, Italia). Echamos de menos A Quinta de Equiluz (La Quinta de Queluz) y São Bento dos Negros (sección longitudinal de la iglesia con su cripta y panteón familiar), dos de las posesiones lisboetas de la familia Moura.
Las pinturas de la escalera principal del palacio de Mombello.
Fuente: Mª Teresa Fdez. Talaya
Tras visitar toda la exposición y quedar rendidos a la colección, a la salida decidimos adquirir el catálogo (magnífico ejemplar, editado a la altura de la colección) con la esperanza de que nos ayudase a disipar las incógnitas inherentes a esta serie de pinturas.

No sólo comprobamos que se mantienen los enigmas ya conocidos, sino que Almudena Ros de Barbero, comisaria adjunta de la exposición, plantea nuevos interrogantes en el capítulo de Catalogación de obras:

- La serie completa no estaba formada por cinco, sino por siete lienzos, citados en 1726 (excepto el de São Bento dos Negros) en el inventario de Gisberto Pío de Saboya y Spínola, VII marqués de Castel Rodrigo: Los cinco conocidos más otros dos que representaban El Palacio del Pardo y El Palacio de Valsaín (aquí, dos nuevos enigmas en paradero desconocido).

- Para el que quiera seguir la pista a los cuadros La Quinta de Queluz y São Bento dos Negros, se indica que fueron subastados, igual que el resto de la serie conocida, en Imbersago (Lecco), Semenzato Casa d'Aste, el 20 de mayo de 2001, con los números de lote 1525 y 1526. Entendemos que por no ser de temática madrileña no fueron adquiridos para la presente colección. ¿Habrá pujado por ellos el Estado o alguna institución portuguesa? Mucho lo dudamos, dada la estigmatización que la historiografía contemporánea lusa hizo con todo lo referente a los Castel Rodrigo

- La Torre de la Parada, pabellón de caza desde época de Felipe II, construida entre 1547 y 1566, fue ampliada y reformada en 1635 por Juan Gómez de Mora (1586-1648) y Giovanni Battista Crescenzi (1577-1635), cuya imagen corresponde a la conocida representación de Félix Castello, hacia 1640. Como ya apuntábamos en el anterior estudio de estas pinturas, La vista de la Torre de la Parada, ca. 1670, presenta una serie de modificaciones estructurales y de revestimiento exterior que suavizaron y modernizaron mucho su aspecto, en comparación con la anterior imagen, y que tuvieron que ser ejecutadas entre 1640 y 1670. Tanto Pedro Pablo Rubens (1577-1635) como Diego Velázquez (1599-1660) trabajaron en su decoración interior.

- Se confirma que la curiosa iconografía de la serie completa, que aunaba dos residencias privadas de los Castel Rodrigo en España y Portugal, una iglesia y convento lisboeta, junto a cuatro edificios de los Reales Sitios del Pardo (Palacio y Torre de la Parada), Valsaín y Buen Retiro, encuentra su explicación en la historia de dicha familia y sus estrechas vinculaciones con la Monarquía Hispánica y el trono de Portugal.


Nos queda, al final, un doble y contradictorio sentimiento, por un lado, la satisfacción de haber podido contemplar en Madrid parte de esta serie de pinturas que ofrecen tanta información sobre la historia peninsular y por otro, la tristeza de verificar su definitiva dispersión y consiguiente pérdida del sentido unitario que tenía el singular conjunto pictórico.





Palacio Real de El Pardo, ca. 1630. Atribuido a Félix Castello.
Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Vista del Palacio de Valsaín, ca. 1633. Atribuido a Félix Castello.
Patrimonio Nacional.





ARTÍCULOS RELACIONADOS:





BIBLIOGRAFÍA

Catálogo de la Colección Abelló. Ed. CentroCentro Cibeles de Cultura y Ciudadanía. Madrid. 2014.

lunes, 5 de enero de 2015

Bolo Rei vs. Roscón de Reyes



No se trata de una competición sino de constatar cómo dos dulces peninsulares de aspecto aparentemente similar son, en su esencia, totalmente distintos. Veamos las diferencias:

- El Bolo Rei es un clásico en la Navidad portuguesa y no falta en la mesa de ninguna casa lusa desde que comienzan las fiestas navideñas, mientras que el Roscón de Reyes sólo aparece en las mesas españolas estrictamente los días cinco y seis de enero.

- El Bolo Rei fue vendido por primera vez en 1869 en la Confeitaria Nacional de Lisboa.



Posteriormente llegó a Oporto en 1890 y se horneaba basándose en una receta traída directamente de París. En 1910 con la proclamación de la República el Bolo Rei estuvo a punto de desaparecer aunque algunos pasteleros siguieron elaborándolo, llamándolo Pastel de Natal. Con el paso del tiempo recuperó su nombre y se sigue vendiendo en cada fiesta navideña en nuestro país vecino. 

- El Roscón de Reyes es, según dicen, un dulce originario de la antigua Roma que en estas fechas celebraban las fiestas Saturnalias, en honor del dios Saturno. En dichas fiestas se comía una rosca dulce que escondía en su interior un haba. Hay que recordar que el haba era un símbolo de la fertilidad de la tierra, un símbolo mágico para predecir el futuro echando las habas, y protagonista de cuentos como "Las habichuelas mágicas". Aquel a quien le tocaba el haba se convertía en el rey de la fiesta y los demás le tenían que obedecer. Algunos roscones siguen conteniendo un haba, aunque la mayoría llevan una sorpresa en forma de figurita.

- El Bolo Rei es un dulce más barroco y colorista, más dinastía Braganza, mientras que el Roscón de Reyes es más austero y sobrio en las formas, más dinastía Austria.

- El Bolo Rei lleva añadido en la masa uvas pasas y frutos secos como nueces, piñones y almendras. Además, para aromatizarlo se emplea vino de Oporto que le da un toque de sabor característico, mientras que la masa del Roscón de Reyes no lleva añadidos, sólo está aromatizada con agua de azahar.


- El Bolo Rei hace un maridaje perfecto con una copita de Oporto, mientras que a nuestro Roscón de Reyes le va muy bien unirse a un chocolate caliente a la taza.

A nosotros, personalmente, el Bolo Rei nos resulta más suculento que el Roscón de Reyes, tan delicado él que últimamente los muy golosos lo están desvirtuando y ya no saben con qué rellenarlo, que si crema pastelera, nata, trufa, crema catalana, etc...

No hace falta pasar la frontera para degustar esta delicia de la repostería portuguesa porque, además de ya no existir esa frontera administrativa, en Madrid podemos encontrar Bolo Rei en varios sitios:

El Café del Art. Mercado de San Miguel. Plaza de San Miguel. 
www.cafedelart.com/

Real Cake. Goya, 27. Princesa, 49.

Pastelería Lisboa. José Ortega y Gasset, 55. Ginzo de Lima, 56.

Nata Lisboa. Imperial, 18.

Nata LoversHermosilla, 58.

Panadería y Pastelería Azucena. Av. Reina Victoria, 46.

Pastelería Natas Belém. Plaza de Callao, 1. Goya, 69.


Que lo disfrutéis, siempre con moderación, y para el que sea mas "cocinillas" y se atreva a hacerlo en casa, puede seguir una buena receta que viene en Directo al paladar.


¡Felices Reyes a todos!




Agradecimiento
A Teresa S. Lázaro, por sugerirnos este dulce post.