Esfera Armilar o astrolabio esférico. |
João Baptista Lavanha (Lisboa, c. 1550 - Madrid, 31 de Marzo de 1624) fue ingeniero, matemático y cosmógrafo portugués. De origen judío, era hijo del hidalgo de la corte Luis de Lavanha y de Dª Jerónima Dança. Terminó sus estudios en Roma al servicio del rey D. Sebastian de Portugal, de quien fue profesor de matemáticas en aquella corte áulica y manierista. Desarrolló su actividad científica en Madrid, durante la unión dinástica de España y Portugal.
Navegación astronómica por alturas-distancias. Fuente: Pedro Nunes.cienciaviva |
LAVANHA Y LA ACADEMIA DE MATEMÁTICAS DE MADRID
Tras dicha unión, Felipe II comprobó en su viaje a Portugal de 1580 que los estudios de navegación eran allí más prácticos y avanzados que en España. Estos estudios tenían su sede en la Escuela del Paço da Ribeira de Lisboa, fundada por Pedro Nunes (continuadora de la mítica Escuela de Sagres fundada en el siglo anterior por el infante D. Enrique) y donde Lavanha impartía las Lecciones de Matemática y Cosmografía. El rey decide entonces fundar en 1582, por consejo de Juan de Herrera, la Academia Real Mathemática de Madrid dirigida por el propio Herrera y otorgar la cátedra de Náutica a Lavanha.
Asignaron a Lavanha un salario de 400 ducados anuales, casa de aposento y botica, como criado de la casa Real. Las clases comenzaron el 1 de enero de 1583 asistiendo a esta institución, entre otros personajes notables de la época, Miguel de Cervantes, Félix Lope de Vega, Felipe III, el príncipe Emmanuel Filiberto de Saboya y Felipe IV. De sus enseñanzas de náutica impartidas en la Academia de Matemáticas de Madrid se conserva, entre muchos libros de texto que él mismo elaboró, el manuscrito Tratado da arte de navegar, escrito por un alumno siguiendo las explicaciones de Lavanha.
Grabado de Juan de Herrera |
Asignaron a Lavanha un salario de 400 ducados anuales, casa de aposento y botica, como criado de la casa Real. Las clases comenzaron el 1 de enero de 1583 asistiendo a esta institución, entre otros personajes notables de la época, Miguel de Cervantes, Félix Lope de Vega, Felipe III, el príncipe Emmanuel Filiberto de Saboya y Felipe IV. De sus enseñanzas de náutica impartidas en la Academia de Matemáticas de Madrid se conserva, entre muchos libros de texto que él mismo elaboró, el manuscrito Tratado da arte de navegar, escrito por un alumno siguiendo las explicaciones de Lavanha.
COMISIONES CIENTÍFICAS
En 1586 fue nombrado por Felipe II para el cargo recién creado de Ingeniero mayor del Reino de Portugal, manteniendo las funciones docentes de la Academia en Madrid. Realizó, además, diversos estudios sobre arquitectura naval y la confección de instrumentos náuticos como astrolabios, cuadrantes y brújulas. También fue nombrado Cosmógrafo mayor del Consejo de Indias en 1591. Pero su fama como geógrafo y cosmógrafo pronto superó el ámbito académico.
Estando ya al servicio de Felipe III, del que gozó también de su aprecio, viajó a Flandes en 1601 con el fin de coordinar y escribir la historia de la monarquía española y la genealogía de sus reyes. Se le encargó el levantamiento del plano de Valladolid en 1603, tras el traslado de la Corte a esa ciudad en 1601. Hay que recordar que esta ciudad sufrió grandes reformas urbanas después del pavoroso incendio ocurrido en 1561. Ejecutó también importantes obras hidráulicas en el río Duero.
En 1609 recibió del rey el hábito de la Orden de Cristo, heredera en Portugal de la extinta y poderosa Orden del Temple. Para lograrlo tuvo que superar los problemas derivados de su origen judío con la intervención directa de Felipe III, recordándonos el caso similar que medio siglo después se diera entre el pintor Velázquez y Felipe IV.
Regla de la Orden de Cristo. Lisboa : Valentim Fernandes, ca 1504. Su cruz adornó las velas de los navíos portugueses en la época de los descubrimientos. |
Los diputados de Aragón le encargaron en 1610 su mayor comisión científica: elaborar el mapa del Reino de Aragón. Pidió licencia al rey para dejar la cátedra e inició la recogida de datos geográficos, concluyendo el mapa en 1615. Su detalle era de tal orden que su representación final no entró en vigor hasta finales del siglo XVIII. Fue considerado el primer explorador del Reino de Aragón con criterios científicos.
Mapa del Reino de Aragón. João Baptista Lavanha. 1616. |
En 1615 vuelve a su cátedra que ya no abandonará hasta su muerte. Es profesor de matemáticas del príncipe de Asturias, futuro Felipe IV y se le encarga las obras de abastecimiento de agua a la ciudad de Lisboa. En 1618 se le nombra Cronista mayor de Portugal. Fue maestro de Pedro Teixeira y de su hermano João con quienes trabajó en diversas obras cartográficas y autor del imprescindible plano de Madrid de 1656.
VIDA PRIVADA
Se casó con Dª Leonarda de Mezquita, tuvo seis hijos. Fue feligrés de la parroquia de San Martín, calle de los Premostratenses. Al morir en Madrid en 1624 estaba profundamente endeudado a pesar de su importante carrera y saber enciclopédico. Fue enterrado en la iglesia de San Norberto, en el lugar que hoy ocupa el mercado de los Mostenses.
Tras su muerte y siendo el único fundador que quedaba de la Academia de Matemáticas de Madrid, los jesuitas la extinguieron e incorporaron sus cátedras y dotaciones materiales a los Reales Estudios del Colegio Imperial, que a cargo de la Compañía de Jesús, fundó Felipe IV en 1625.
LA ACADEMIA DE MATEMÁTICAS DE MADRID Y LA EVOLUCIÓN DEL REAL ALCÁZAR
Antecedente de la moderna Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, surgió del ambiente creado por la convivencia entre los cosmógrafos, arquitectos e ingenieros civiles al servicio del monarca y también con destacados artilleros e ingenieros militares. En la iniciativa estaban la preocupación existente en la España del último tercio del siglo XVI por fomentar la enseñanza de las matemáticas con vistas a sus aplicaciones prácticas, el cálculo mercantil, la cosmografía, la astronomía, el arte de navegar, el uso para problemas concretos del arte militar y la técnica de la construcción. Las enseñanzas que se impartieron en la Academia eran de tipo teórico-práctico y multidisciplinar. Se empleaban todos aquellos instrumentos que podían ayudar a comprender las materias que se explicaban para que en pocos años formase al mayor número de personas posible.
El Alcázar de Madrid con la Torre Dorada en la esquina suroccidental. Dibujo de Van den Wingaerde. 1567. |
El Alcázar de Madrid, escenario de la nueva Academia de Matemáticas, ya había sufrido grandes transformaciones durante el reinado del emperador Carlos V e Isabel de Portugal dirigidas por Luis de Vega, Alonso de Covarrubias y Gregorio Pardo. La transformación del Alcázar continuaría con las obras encargadas por Felipe II a Gaspar de Vega y Juan Bautista de Toledo con motivo de la próxima capitalidad de Madrid en 1561. Juan Bautista de Toledo iniciará la Torre Dorada en 1559 siguiendo el gusto flamenquizante que el monarca tenía por aquella época.
Retrato de las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela. Alonso Sánchez Coello. h 1568. Monasterio de las Descalzas Reales. |
Detalle del anterior retrato con la imagen de la Torre Dorada del Alcázar iniciada por Juan Bautista de Toledo en 1559. |
Durante la estancia de Felipe II en Portugal, el 25 de diciembre de 1582 se funda la Academia de Matemáticas. Empezó a funcionar al año siguiente en dependencias del Real Alcázar de Madrid sin haberse concluido las obras de Juan Bautista de Toledo. A la Torre Dorada se le añadiría la galería italianizante que rompía la simetría de la fachada meridional, las cubiertas y remates de pizarra. Poco después, la Academia se instalará en un edificio propio cercano a la puerta de Balnadú, en la calle del Tesoro (lugar ocupado actualmente por el Teatro Real).
En 1612, con motivo de las grandes obras iniciadas en la fachada meridional del Alcázar encargadas por Felipe III a Francisco de Mora, y finalizadas en 1636 por su sobrino Juan Gómez de Mora, la institución se trasladó al palacio del marqués de Leganés hasta que en 1625 todas las propiedades de la Academia fueron entregadas, como ya vimos, al Colegio Imperial.
En 1612, con motivo de las grandes obras iniciadas en la fachada meridional del Alcázar encargadas por Felipe III a Francisco de Mora, y finalizadas en 1636 por su sobrino Juan Gómez de Mora, la institución se trasladó al palacio del marqués de Leganés hasta que en 1625 todas las propiedades de la Academia fueron entregadas, como ya vimos, al Colegio Imperial.
El Alcázar de Madrid. La fachada meridional presenta el aspecto que finalmente le confirió el arquitecto Juan Gómez de Mora en las obras realizadas en 1636. |
FUENTES
Rosa de los vientos y textos: Centro virtual Instituto Camões
Gran Enciclopedia Aragonesa
Gran Enciclopedia Aragonesa
Real Academia de Ciencias
BIBLIOGRAFIA
Arquitectura del Renacimiento en España. 1488-1599. V. Nieto, A. Morales, F. Checa. Manuales Arte Cátedra,2009.
Hola Antonio, estaba deseando que por fin te decidieras a escribir sobre Lavanha, sabía que el artículo no tendría desperdicio... ya sabes que es un personaje y un tema y una época que me interesan mucho. Gracias por toda esta información y ¡una vez más! por el enlace.
ResponderEliminarHola Mercedes, gracias a tí por tu interés. En efecto, es una época riquísima en personajes de talla. No se cuando voy a conseguir salir de ella porque aún me faltan, entre otros, un par de pesos pesados y sus correspondientes enlaces con Arte en Madrid. Ya sabes a quienes me refiero ¿no?.
EliminarAbrazos
Hola Antonio:
ResponderEliminarCompletísimo artículo, realmente excepcional. Es un orgullo comprobar el esplendor de aquella época, con sus inquietudes científicas y culturales, en todos los órdenes. Qué pena que nos quede nada de aquellos escenarios, ni el Real Alcázar, ni la Iglesia de San Norberto...
Felicidades. El artículo es formidable. Un abrazo, Jesís
Hola Jesús,
EliminarGracias por el comentario. Es cierto que queda poco o nada de aquella época. Los siglos XIX y XX fueron devastadores para Madrid a costa de crear la fisonomía de gran ciudad actual.
Un abrazo.
Salud, D. Antonio,
ResponderEliminar¡Qué hubiera sido de nosotros si no nos hubieran precedido estos "cerebritos"!, con esa sabiduría y tesón para aportar su granito de arena y aclarar las tinieblas en las que todavía estábamos sumidos.
Me encanta la colección que aportas de Rosas de los Vientos, son preciosas.
Magnífica labor de divulgación de "personajazos", creo que, poco conocidos.
Buen trabajo.
Un abrazo.
Hola Manuel,
EliminarDe este personaje en particular admiro su vocación para enseñar las "mates", tan odiadas por la mayoría de los alumnos (hecho del que son responsables, creo que en gran medida, los propios docentes).
La colección de Rosas de los Vientos está a tu disposición... aunque ya pasó el día de S. Jorge.
Gracias por tu visita y un abrazo.