En los últimos tiempos el convento madrileño de las Trinitarias Descalzas de San Ildefonso no cesa de dar gratas sorpresas, mas o menos esperadas. En este caso, no era nada esperado el hallazgo en plena exposición El triunfo de la Imagen -que se clausuró el domingo 12 de abril- de un par de personajes ibéricos muy vinculados al citado convento (y sus avatares) y que pasan automáticamente a engrosar el ya nutrido elenco de Pessoas en Madrid.
En dicha muestra se han podido contemplar, por primera vez, los retratos de los marqueses de la Laguna de Camero Viejo, don Sancho de la Cerda y doña María de Vilhena, ambos estrechamente relacionados con Portugal y procedentes del Convento de Trinitarias Descalzas de San Ildefonso.
Se trata de un par de retratos cortesanos destinados a dicho convento. Era un hecho frecuente que los monasterios rindiesen homenaje a la memoria de aquellos personajes que los favorecieron, bien como patronos o como benefactores.
Foto: Pessoas en Madrid |
Don Sancho de la Cerda y Portugal (1550-1626) era el cuarto hijo de Juan de la Cerda y Silva, IV duque de Medinaceli y de su mujer Joana Manuel de Noronha (Juana de Portugal, de la casa de Braganza). Fue caballero de la orden de Alcántara y ostentó los puestos de Mayordomo mayor de la reina Margarita de Austria (1607) y de Gentilhombre de la Cámara del rey Felipe III (1614), quien le otorgo el marquesado de la Laguna de Camero Viejo en 1599.
Su retrato responde al modelo flamenco creado por Otto van Veen para el archiduque Alberto de Austria. Está atribuido a su círculo y se data a principios del siglo XVII.
Su retrato responde al modelo flamenco creado por Otto van Veen para el archiduque Alberto de Austria. Está atribuido a su círculo y se data a principios del siglo XVII.
Foto: Pessoas en Madrid |
María de Vilhena y de Melo (? - Madrid, 1631), segunda esposa de Don Sancho de la Cerda y Portugal, fue hija de Antonio de Melo, alcaide mayor de Elvas (Portugal) y de su primera esposa, Isabel de Vilhena. Ingresó como dama al servicio de la reina Margarita de Austria a partir de 1600 y contrajo matrimonio al año siguiente, en 1601. El matrimonio no tuvo descendencia y tras quedarse viuda en 1626 tomó los hábitos de monja franciscana descalza.
Su retrato pertenece al círculo artístico de Juan Pantoja de la Cruz y está datado igualmente a principios del siglo XVII.
Ambos están enterrados en el convento de las Trinitarias y sus retratos son muy interesantes porque reflejan fielmente la moda de la época. Podemos comprobar la similitud en los detalles de la vestimenta con retratos de la pareja real.
Nuestros personajes están directamente relacionados con el escenario del suceso de la pérdida de los restos de Miguel de Cervantes y su reciente y esperado hallazgo en la cripta del convento de las Trinitarias. La relación con estos hechos es la siguiente:
La construcción primitiva del convento data de 1609, aunque la fábrica actual corresponde a ampliaciones y reformas posteriores. Consta de iglesia y convento y su promotora fue Doña Francisca Romero Gaytán, hija de Julián Romero, general de los ejércitos de Flandes de Felipe II.Ambos están enterrados en el convento de las Trinitarias y sus retratos son muy interesantes porque reflejan fielmente la moda de la época. Podemos comprobar la similitud en los detalles de la vestimenta con retratos de la pareja real.
Nuestros personajes están directamente relacionados con el escenario del suceso de la pérdida de los restos de Miguel de Cervantes y su reciente y esperado hallazgo en la cripta del convento de las Trinitarias. La relación con estos hechos es la siguiente:
Tras intentar establecerlas en la calle Mayor, en 1612 las religiosas se instalaron en su emplazamiento actual, sobre unas casas de su propiedad en la entonces calle Cantarranas (hoy Lope de Vega). Las desavenencias entre las religiosas y la fundadora, provocaron la total desvinculación de Doña Francisca con el convento. Fue entonces cuando Doña María de Vilhena y de Melo, marquesa de la Laguna de Camero Viejo y dama de la reina, lo tomó bajo su protección.
Escudos de armas de los marqueses de la Laguna de Camero Viejo en la fachada de la iglesia |
En 1639, se decide reformar el edificio, afectando a la iglesia y al claustro. La reforma se financió con un legado de 2.000 ducados que su nueva protectora había dejado en Portugal, por entonces incorporado a la Corona española. Las religiosas se trasladaron para la ocasión a una casa en la calle del Humilladero. Debido a la guerra de independencia de Portugal, que estalló en 1640, la construcción del edificio actual no pudo acometerse hasta que se recuperó el legado portugués de la marquesa en 1673.
Al ampliar el convento se demolieron las casas en las que vivían las monjas y la modesta iglesia en la que había recibido sepultura Miguel de Cervantes en 1616 bajo el patrocinio de la marquesa, quedando perdidos desde entonces sus restos. Esta reforma se paralizó por la muerte en 1688 del arquitecto Marcos López, encargado de acometerlas, retomándose los trabajos bajo la dirección de José del Arroyo, quien por fin concluyó la iglesia en 1698. Por su parte, las obras en el convento se iniciaron en 1718 dirigidas por Francisco Ruiz y fueron concluidas por Juan Ruiz en 1752.
Fuentes:
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid
Fundación Casa ducal de Medinaceli
Diego Salvador Conejo
Diego Salvador Conejo
Blog Manuel Martínez
COAM
COAM
Hola Antonio:
ResponderEliminarLa exposición "El triunfo de la imagen" tenía que haberse celebrado antes, ¡con la cantidad de descubrimientos que está generando! Al final, tu blog está demostrando que las vinculaciones de los dos países ibéricos no se limitan a la mera anécdota, sino que son muy profundas. Un edificio con tanto significado como las Trinitarias, tanto en el terreno artístico como en el histórico, va a resultar que se lo debemos a nuestros vecinos los portugueses!!! Lástima que el pobre Cervantes pagara las consecuencias de la remodelación.
Enhorabuena por el artículo, los planos que nos acompañas y esas comparaciones de retratos que tanto nos ilustran.
Abrazos, Jesús
Y pensar que casi me la pierdo, no así las conferencias que fueron buenísimas, a juzgar por las tres a las que asistí. Gracias por la referencia al blog. Efectivamente, el siglo XVII es una fuente inacabable de relaciones muy profundas ¡y eso que sólo fueron 60 años de unión!
EliminarEn cuanto vi en la información de las pinturas los apellidos Noronha y Vilhena, me dije: aquí hay tema. Y ya lo creo que había tema.
Gracias por el comentario y un abrazo
Hola, Antonio, es increíble, parece mentira hasta donde pueden llegar las "conexiones" portuguesas, y tu habilidad para descubrirlas y contárnoslas. Esta historia es todo un descubrimiento para mi.
ResponderEliminarEn la iglesia de las Trinitarias solo he conseguido entrar una vez, es muy barroca, pero me gustó mucho.
Abrazos
Hola Mercedes. En realidad quien se dio cuenta de los apellidos portugueses y me lo hizo notar fue mi mujer. Yo, mientras, estaba viendo la bonita caligrafía de Santa Teresa... un lujo de exposición. También vi el "trasladado" San Francisco de Asís, de Alonso Cano, que el señor arzobispo de Madrid sacó, hace décadas, de la iglesia de Santiago para decorar su palacio. Estoy pensando alguna movida gorda para que vuelva al lugar que le corresponde (hay un documento que así lo prueba) y pueda ser disfrutado por todos los madrileños.
EliminarGracias y un abrazo.
Hola Antonio. Lo que esta dando de si últimamente el Convento de las Trinitarias! Siempre es de agradecer que aparezcan vínculos que enriquezcan la historia. Ya sean restos famosos o conexiones entre países.
ResponderEliminarBuen post y un abrazo.
Muchas gracias José por el comentario. La verdad es que se agradecen esos vínculos aún más cuando aparecen de manera inesperada y dices: ¡Ya tengo post para mañana! Aparte de eso, si que parece que las Trinitarias debe tener escondidos entre sus muros aún muchas cosas por descubrir.
EliminarAbrazos
Antonio, siguiendo con los vínculos entre las Trinitarias, esta pareja, Cervantes y su enamorada misteriosa lisboeta, atiende lo que dice Sebastián Juan Arbó en su biografía de Cervantes: " ¿Se trató de la dama portuguesa cuyo rastro han querido descubrir algunos en aquella religiosa que muchos años después aparece en el convento de las Trinitarias en Madrid? ¿Se trató de esa misteriosa Ana Franca, de la que apenas sabemos el nombre?".
ResponderEliminarY esos muros nos podían decir si la pareja de benefactores y esta religiosa, que antes de serlo cautivó en Lisboa a don Miguel, se conocieron; y decirnos si al final los huesos de los enamorados fueron a descansar dentro de esos mismos muros, él como vecino del barrio y ella como religiosa del convento,....
...Si las piedras hablaran...
Un abrazo.
Teresa, no es que aquí haya tema, es que aquí hay novela, Planeta, película, Goya y Oscar. Gracias por las pistas que dejas, todo un lujo para curiosos, historiadores, cervantistas, etc.
EliminarUn abrazo