miércoles, 6 de junio de 2012

Helena Vieira da Silva

Vieira da Silva en la década de 1940.


LA EXPOSICIÓN DE LA FUNDACIÓN JUAN MARCH

Maria Helena Vieira da Silva está considerada como el mayor nombre portugués de la pintura en el arte internacional del siglo XX. En toda su obra Vieira da Silva refleja Lisboa, su luz, sus azulejos y sus suelos empedrados, la Lisboa laberíntica de sus calles estrechas y empinadas. Sus cuadros se caracterizan por esas manchas que a veces toman la forma de cuadraditos o pequeños rectángulos, a modo de un prisma.

La biblioteca, 1966.
Colección particular, París.

Así se glosaba la figura de esta pintora en la única exposición que sobre ella se celebró en Madrid, en la Fundación Juan March del 17 mayo al 7 julio de 1991, un año antes de su muerte. Para esa ocasión, ella misma escribió estas sinceras reflexiones sobre su arte: 


Tierra crepuscular, 1970.
Colección Jorge de Brito, Cascais.

La pintura es más difícil de hacer cuando no está basada en la naturaleza. En mí lo imaginario no es del todo imaginario. Es una construcción, una manera de construirme a mí misma.
El sueño (Composición), 1949.
Colección particular, Helsinki.

Fabrico mi universo así, con pequeñas cosas. Las grandes teorías del arte son bellas, pero... Las sigo, sí, pero, en fin, no quiero ponerlas en práctica; lo que yo querría realizar es a mí misma... Apoyarse en la contemplación de los maestros... Cézanne es un pilar, ¿no?. Está ahí para enseñarnos la gramática y para que le admiremos. Pero yo debo desarrollarme tal como soy. Eso es lo que busco.

Jardines colgantes, 1955.
Museo Nacional de Arte Moderno,
Centro Georges Pompidou, París.

Quiero pintar lo que no existe como si existiera.


Oporto, 1962.
Colección Banco Português do Atlântico, Oporto.
 
Yo no sé lo que es la pintura no figurativa. Mis cuadros tienen siempre un punto de partida real. No hay que olvidar que el pintor se acostumbra a mirar las cosas y sabe realmente cómo son, en tanto que los que no son pintores no ven más que a través de las fórmulas.

El puente sobre la ciudad, 1962-1964.
Colección Galería Jeanne Bucher, París

APUNTE BIOGRÁFICO

Nació en Lisboa el 13 de junio de 1908, hija única de Marcos y María da Graça da Silva. Cuando solo tenía  tres años, su padre, diplomático de profesión, murió en Leysin, Suiza, y se instaló con su madre en la casa que su abuelo materno poseía en Lisboa. En 1919 comenzó los estudios de dibujo y pintura con Armando Lucerna, profesor en la Escuela de Bellas Artes de Lisboa. En 1924  estudió escultura, se interesaba por la anatomía y comenzó a estudiar medicina. Es en 1928 cuando se trasladó con su madre a París, hecho que marcaría su carrera posterior. En 1930 se casó con el pintor húngaro Arpad Szenes.


Helena y Arpad en su estudio de París.


Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, y debido al origen judío de Arpad, se refugiaron en Lisboa y en 1940 en Río de Janeiro, donde vivieron hasta 1947. En estos años recurrió al laberinto como símbolo arquitectónico. Durante la década de 1940, su pintura se centró en el dialogo entre la abstracción y la figuración influenciada por las escuelas cubistas y simbolistas que desencadenó el posterior cambio estilístico en la década de 1950. A partir de esos años  su obra adquirió un carácter cada vez más personal situándola al margen de todas las corrientes contemporáneas.



En 1985 murió Arpad pero continuó trabajando en proyectos como la decoración del Metro de la Ciudad Universitaria de Lisboa. En 1991 fue nombrada en Paris Officier de la Legión de Honneur, como reconocimiento al conjunto de su carrera. Falleció de cáncer en 1992 a los 83 años en París, donde residió la mayor parte de su vida, con intervalos en Portugal y Brasil. Vieira da Silva era considerada internacionalmente como uno de los mayores representantes de la escuela de París y de la pintura abstracta lírica.





A grandes rasgos, sus obras se perciben como abstractas pero, tras una doble mirada, se imaginan edificios vistos desde lo alto, graderíos, elementos arquitectónicos o recuerdos de altares barrocos escalonados que ascienden hasta el infinito. Su gama de colores es la de los tostados, ocres, grises y negros. Algunos críticos atribuyen la importancia de las atmósferas en toda la obra de Vieira da Silva al recuerdo de los paisajes de Lisboa donde se desarrolló su infancia.



 EL TEMA DE LA NACIONALIDAD

Como ocurriera entre España y Francia con Pablo Picasso, Portugal y Francia reivindican a Vieira da Silva como parte de su patrimonio cultural y París y Lisboa multiplicaron en los últimos años los homenajes a esta artista. En su regreso a Portugal en 1947 el dictador Oliveira Salazar negó la nacionalidad portuguesa a Arpad SzenesVieira da Silva rompió definitivamente con su patria natal, nacionalizándose francesa. Sólo regresaría a Lisboa, después de enviudar, con motivo de un gran homenaje nacional, la decoración del Metro de Lisboa y una exposición retrospectiva de su obra organizada en 1988 para conmemorar su 80 aniversario.



UNA OBRA DE VIEIRA DA SILVA EN EL MNACRS

La comisión de adquisiciones del Real Patronato del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía adquirió en la edición de la Feria de ARCO' 06 un total de 28 obras entre las que se encontraba este bonito dibujo al temple sobre papel de Helena Vieira da Silva.

Es la única obra de arte contemporáneo portugués existente en el MNCARS. ¡Algo es algo!

Terre de Sienne. Temple sobre papel. 1972.
62x43,50 cm. MNACRS.

Fuentes:
Fundación Juan March
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

6 comentarios:

  1. Cuanto más leo tu blog, más me doy cuenta de lo mucho que tengo que aprender. Y la verdad es que te mueves en pintura con la misma soltura que en arquitectura e historia. Así da gusto...

    Un abrazo muy fuerte, Jesús

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    1. Gracias Jesús, creo que aqui aprendemos todos de todos. La pintura me gusta bastante y desde que vi la exposición de la Fundación Juan March me fascinó esta pintora y su personal estilo "abstracto-pero-no-tanto".
      Un fuerte abrazo.

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  2. Qué interesante, Antonio, ¡tengo que ir a ver esa obra al Reina Sofía cuanto antes! creo que me va a gustar...
    Ha sido curiosa (me ha encantado) nuestra telepatía bloguera, tienes razón en que hay bastantes puntos en común entre esta artista, a la que desconocía, y Juan Gris.
    Me ha gustado muchísimo tu artículo, una vez más.
    Un abrazo telepático :)

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    1. Hola Mercedes, como le decía a Jesús, conocí la obra de esta artista por la exposición de la Juan March (qué grandes exposiciones han pasado por allí) y me enganchó para siempre. Con Juan Gris me pasó lo mismo en la Galeria Theo mucho antes, en 1978. Es un cubismo humanizado que atrae irremediablemente.
      Un abrazo abstracto-cubista.

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  3. Hola Antonio,
    Me has sorprendido muy gratamente con esta artista. Su pintura cuenta con un admirador más. No voy a hablar de tonalidades, sombras, líneas y demás. Me gusta mucho...¡y punto! O te llega, o no te dice nada y, a mí, esta obra me pone. Inconcebible que en el mercado español sea tan escasa su pintura.
    Gracias por dármela a conocer.
    Un abrazo.

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    1. Manuel, es una satisfacción leer comentarios así. Me alegra de verdad poder compartir cosas que a mi me llegan con otros.
      ¿No te parece genial la foto de Helena y Arpad? Parece un decorado para La bohème con su estufa de carbón y todo, solo que es real.
      Gracias a tí y un abrazo

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