miércoles, 21 de marzo de 2012

Rui Gomes da Silva, príncipe de Éboli.


Rui Gomes da Silva, príncipe de Éboli
y de Mélito, I duque de Pastrana .

Rui Gomes da Silva, más conocido como Ruy Gómez de Silva, (1516, Chamusca, Portugal - 1573, Madrid) fue paje de Felipe II durante la juventud del príncipe y llegó a ser su intimo y leal amigo y más fiel consejero durante gran parte de su reinado, por encima incluso del duque de Alba.

En 1526, con la edad de diez años, se trasladó como menino de Isabel de Portugal desde la corte lisboeta a Castilla con el séquito que acompañaba a la emperatriz, a cuyo servicio estaba como mayordomo su abuelo Rui Teles de Meneses. De familia noble, sus padres Francisco da Silva y Maria de Meneses e Noronha eran señores de Ulme y de Chamusca. 

Un año después nació el heredero y, a pesar de la diferencia de once años de edad, el menino de la emperatriz fue nombrado paje del príncipe tras la muerte de esta, naciendo así una profunda amistad. Cuando Felipe tuvo Casa propia en 1548, Rui es nombrado uno de los cinco gentilhombres de cámara del príncipe, iniciando así su carrera política.

Fue un inmejorable consejero y cómplice del príncipe en los momentos difíciles como el ocasionado por sus dos desdichados y primeros matrimonios de estado, primero con su poco agraciada prima hermana María Manuela de Portugal y después con su tía segunda María Tudor, al no contar con la misma suerte que tuvo su padre, el emperador. 

Al llegar el momento de casar a Rui con una dama de la nobleza castellana, Felipe se decantó por Ana de Mendoza y La Cerda, hija de los príncipes de Mélito, virreyes del Perú, de la poderosa familia de los Mendoza. Ana contaba con 12 años de edad, lo que no fue inconveniente para que se llevara a cabo el matrimonio en 1553. Al ser muy joven, permaneció cuatro años en casa de sus padres hasta la consumación del matrimonio. Tuvieron diez hijos en total.


Ana de Mendoza y La Cerda, princesa de Éboli.
Retrato de Alonso Sanchez Coello.

Convertido Felipe en rey, la confianza y los honores fueron aumentando nombrándole Sumiller de Corps, lo que aseguraba una mayor cercanía al rey, consejero de Estado y Guerra, intendente de Hacienda, contador y primer mayordomo del príncipe Carlos.

En 1557 España derrotó a Francia en la batalla de San Quintin. No se buscó la posterior humillación sino una reconciliación formalizada con el matrimonio de Felipe II con Isabel de Valois, la perla más hermosa de Europa.

Rui Gomes da Silva fue el hombre capaz de conseguir los recursos humanos y materiales necesarios para detener el desafio de Francia en la batalla de San Quintín como también  lo fue de organizar la Liga cristiana triunfante en la batalla de Lepanto contra los turcos.


Batalla de Lepanto. Museo histórico naval de Venecia

Para salvar el rígido protocolo de la corte y así poder tener el rey a su íntimo amigo junto a él con la más alta dignidad nobiliaria le concede en 1559 el título de príncipe de Éboli, villa napolitana cerca de Salerno.

El palacio Éboli en Madrid estuvo situado entre las calles de Bailén y Factor, por detrás del palacio de Abrantes de la Calle Mayor, muy cerca del real Alcázar.


El palacio de Éboli en el plano de Texeira.
 
La casa fué derribada hacia 1905 para ensanchar la calle Bailén. En su lugar hay unos jardines con el busto de Larra.


Situación del palacio de Éboli. Foto: Visitando Madrid 2009 vs 2012.

A este título unió el ducado de Pastrana, con Grandeza, donde fundó su mayorazgo y casa y las posesiones paternas de Chamusca y Ulme en Portugal. La villa ducal de Pastrana vivió entonces una época de esplendor con una floreciente industria textil, fundó con su esposa la Iglesia colegial (donde ambos están enterrados) y favoreció la fundación de los dos conventos carmelitanos por iniciativa de Santa Teresa de Jesús.


Santa Teresa de Jesús da el hábito a Juan Narduch y Mariano
 Azzaro. Óleo sobre lienzo. Museo Franciscano. Pastrana.
   

Los príncipes de Éboli. Detalle del cuadro anterior.

Realizó allí una profunda transformación urbanística con la construcción de un barrio de traza renacentista destinado a la industria creada. Su visión de la dignidad nobiliaria estaba más cerca de la dinámica de lugares comerciantes como Portugal, las repúblicas italianas y los paises del norte de Europa que del ideal nobiliario de apariencia y rentista que se impondrá en el siglo XVII en la España de Lerma.
Profesión de los primeros descalzos de Pastrana.
Óleo sobre lienzo. Museo Franciscano. Pastrana.


Los príncipes de Éboli. Detalle del cuadro anterior.

La influencia de Rui Gomes da Silva en la corte era tan fuerte que le llamaban Rey Gómez y se hablaba de un partido ebolista o pacifista, sustentado por los Mendoza, en disputa por el favor real con el partido albista o belicista, encabezado por Fernando Álvarez de Toledo, duque de Alba.

Eran facciones rivales en la corte de Felipe II con distintas concepciones sobre la resolución de los conflictos. Rui preferia la via del compromiso, la mesura y el pacto diplomático en la crisis de los Paises Bajos, características muy portuguesas, mientras que Alba confiaba más en la fuerza y la represión, opción política que fracasó posteriormente.

Tras la repentina muerte del príncipe de Éboli en Madrid en 1573, el partido ebolista siguió encabezado por Antonio Pérez, secretario del Rey y vecino de la propia princesa. Se inicia entonces una época oscura de conspiraciones que pertenece a otro capítulo diferente de la historia.



Placa situada en la fachada posterior del Palacio de Abrantes en la Calle de la Almudena

El ayuntamiento de Madrid dedica una placa al lugar donde estuvieron las casas de la princesa de Éboli. ¿Y las del príncipe?.

El título de Éboli se asocia siempre a la figura de su princesa. El caracter vehemente y caprichoso de ella y sus intrigas palaciegas en la corte de Felipe II la llevaron finalmente a ser condenada y morir recluida en su palacio de Pastrana. Se creó un fascinante personaje de leyenda que dejó en el olvido al príncipe de Éboli, el mejor amigo que tuvo el rey prudente.



                                                

10 comentarios:

  1. Hola Antonio,
    Magnífico artículo en el que nos desgranas la vida de, como bien dices, este gran desconocido, eclipsado totalmente por los chismorreos en torno a la princesa "cíclope". Unos cardan la lana...
    Felicidades y un abrazo.

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    1. ... y otros se llevan la fama. Efectivamente Dª Ana eclipsó totalmente a su marido al quedarse viuda tan joven y con tanta marcha.
      No he seguido la mala costumbre que solemos tener de traducir todo lo traducible, hasta los nombres y apellidos, cuando sólo es admisible en los nombres de reyes.
      Gracias Manoel y un abrazo

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  2. Hola Antonio, opino como Manuel, tu artículo es magnífico. Me temo que me voy a repetir pero me encantan estos escritos tuyos sobre personajes no demasiado conocidos, rigurosos, pero tan amenos que se leen como si fuera una "novela".
    gracias y abrazos

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    1. Gracias a ti Mercedes, lo de amenos no me puede saber mejor, lo de novela ya ni te cuento.
      Abrazos

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  3. Hola Antonio:
    Magnífico artículo, enhorabuena!! Me ha encantado esa recreación del palacio en el entorno actual de Bailén. Es una pena que desaparecieran los viejos caserones renacentistas e, incluso, medievales que rodeaban al Alcázar.

    Ya sabemos un poquito más. Desde luego, Portugal está más presente en nuestra historia de lo que nos han hecho creer. Gracias por descubrirlo!!

    Un fuerte abrazo, Jesús

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    1. Hola Jesús,
      Has dado en el clavo, a veces parece que faltan hojas en nuestros libros de historia, como si alguien las hubiera arrancado. En Portugal resumen la dinastia de los Austrias, más de sesenta años en una o dos hojas a lo sumo.
      Muchas gracias y un abrazo.

      P.D. Actualizé el post de Isabel de Portugal (II), después de publicada, con un enlace a tu post de S. Miguel de la Sagra. Complementa perfectamente el tema de las obras de Carlos I en el Alcázar.

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  4. Hola Antonio!!
    Gracias por ese enlace. No me había dado cuenta.
    Un abrazo!!

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  5. Hola Antonio,
    yo también tengo deberes...
    Este artículo dedicado a Rui Gomes da Silva me ha gustado mucho, además el detalle del plano de Pedro Teixeira es muy interesante. Este plano me interesa mucho: ¿ no es el de Teixeira el primer plano de Madrid ?. Si es así, es bonito que sea obra de una PESSOA EM MADRID.
    El Príncipe de Éboli era un buenísimo jugador de ajedrez...cosa que admiro desde mi incapacidad para este deporte mental.
    Un abrazo,
    Teresa.

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    1. Hola Teresa,
      Teixeira es una de las pessoas "gordas" que tengo pendientes para el blog. Su plano no es el primero de Madrid, el de Mancelli (de inferior calidad) es algo anterior, pero si se puede decir que es el primer plano "serio" de la ciudad. De él se puede obtener información valiosísima del desarrollo urbano (manzana por manzana) además de ser una auténtica fotografía aérea de la época.
      El rey Gómez (D. Ruy) era toda una figura, me cae muy bien. Me alegro que te haya gustado el artículo.
      Un abrazo

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