lunes, 15 de julio de 2013

Madrileños en Lisboa (I)



Ya llegó el calor a Madrid y, querámoslo o no, aquí no hay playa. Cada vez son más los que deciden ir a Lisboa también por estas fechas porque allí, además de una temperatura suave, hay playas en los alrededores para todos los gustos.
Una lectora nuestra, gran viajera y conocedora del alma lusa en profundidad, nos remite una carta que escribió a sus sobrinos cuando iban a viajar a Lisboa. Era una especie de libro de instrucciones para adolescentes muy útil para estas fechas y  perfectamente aplicable a cualquier edad, para cualquier madrileño que quiera acercarse a conocer Lisboa.
Es una carta de amor a Lisboa. En ella se dicen grandes verdades. A veces duras, pero reales. No habla de tópicos sino de llegar a conocer el alma de la cuidad. La transcribo con todos sus puntos y comas. Con un par de correcciones que sólo ella conoce y sabrá aceptar:
CARTA DE AMOR A LISBOA.

Para que el viaje sea inolvidable enamórate de Lisboa: de su gente y de su luz, de sus colores y de su aire, de sus calles y plazas, de sus fuentes, de sus miradores, de sus
"escadinhas", de sus parques y jardines... Te va a ser muy fácil, Lisboa se hace querer.


Si no lo haces así, cuando regreses de tu viaje, sólo traerás un montón de tópicos en la boca: que si son tristes, que si hablan raro, que si está desconchada, que si no era tan barato como esperabais... Y sin haber apreciado lo que tienen de admirar, lo que nos acerca y lo que nos separa. No te habrás asomado al alma portuguesa.

Viaja en sus tranvías, toma los elevadores, y desde sus miradores recorre todos sus barrios con la mirada; toma barcos y trenes, el metro te sorprenderá con sus estaciones impresionantes y originales, el teleférico en el barrio de la Expo, cruza los puentes y atraviesa sus arcos; contempla las estatuas ilustres o populares.




Asómate al río Tajo, "O Tejo", y déjate acariciar por su brisa... hasta te puede sorprender un chaparrón de verano... al rato saldrá el sol, ese sol que dora Lisboa al atardecer.

No vayas como un turista avasallador y ruidoso, no te creas con derecho a todo porque para eso pagas; no pienses que tienen la obligación de entenderte, su idioma es el portugués - en París o en Londres no lo pretenderías -. Pide las cosas por favor, con una sonrisa, y da las gracias, "muito obrigado ", saluda con "bom día" o "boa tarde" y te atenderán amablemente. Será extraño que te encuentres con un portugués descortés, si ocurre, piensa que puede ser que estés pagando por otros que hayan ido de arrogantes...

¿Me dices que si es que no tienen defectos ? !!!. Sí, los tendrán, pero los ojos enamorados no los ven como tales, y en ningún caso los publican.

Ah, recuerda que están orgullosos de ser portugueses (en esto nos pueden dar lecciones). Ya lo dijo Luis Figo: "Eu sou português". Es un pueblo sencillo, dicen que pequeño, pacífico: los portugueses sólo hicieron una guerra civil y la revolución más tierna de la historia en la que los militares subidos en los tanques metieron claveles en los fusiles para no poder disparar.

Volvamos a Lisboa:
Te encantará la luz de la mañana y la de la tarde brillando en sus fachadas de azulejos de tantos colores, ver ponerse el sol buscando el mar. Brillante el Tajo te alucinará cruzarlo en coche por el Puente 25 de Abril o por debajo de su calzada en tren o a bordo de un "cacilheiro" rodeado de portugueses que vuelven del trabajo o de compras y con algunos turistas como tú. ¡¡No hay río peninsular que haya visto esto ni en sueños!!.


Puedes bordear la orilla del Tajo siguiendo la vía de los "caminhos de ferro" hasta el mar de Cascais que ya es ni más ni menos que el Océano Atlántico o tierra adentro hasta Sintra ¡una maravilla!.




Comprendo que ya te estés mareando ante tanta belleza... y casi no hemos visto nada de Lisboa.

Vamos a descansar sentados en un café en Rossio, por ejemplo, o en un restaurante si es hora de comer o de "jantar", preferiblemente donde comen los portugueses, que saben comer bien y económico... Deja hueco para los pasteles... Hablando de pasteles: Vamos al barrio de Belém.



Te deslumbrará la Torre de Belém, varada en el río, como si fuera un castillo de cuento moldeado en la arena por una "criança", por ti mismo cuando eras pequeño. Pasea hasta el Monumento a los Descubridores y admira sus figuras históricas tan humanas y contempla el 25 de Abril desde la Esfera Armilar, acércate a la Rosa de los Vientos buscando tus propios pies, a ver si pones uno en Lisboa y otro en Madrid ¡qué cerquita estamos !...




Házte una foto, házte muchísimas fotos: son demasiados lugares hermosos para dejarlos sólo en tu memoria.

Siéntate un poco y piensa: ¿¡ Cómo no van a tener "saudade" si su historia ha sido salir por el Mundo a descubrir tierras desconocidas o salir por el Mundo para ganarse la vida!?. Es un pueblo de emigrantes. Es un pueblo trabajador.

Seguimos en Belém: ¡Quítate el sombrero ante la fachada del Mosteiro dos Jerónimos!... y no te digo nada cuando entres en su iglesia ¡Preciosa!. Descansa en el jardín comiéndote un pastel.




Después toma el tranvía 15 hasta la Praça do Comércio, recórrela, entra en la Rua Augusta por el gran Arco, cuando tengas a la vista el Castelo de São Jorge contémplalo, desde su muralla alguien te estará viendo a ti.

Busca el Elevador de Santa Justa y ¡esto sí que es divertido!, tú que eres joven y con buenas piernas... ¡a subir !, y admira desde su terraza casi toda Lisboa y las ciudades de la otra orilla del Tajo. Hay una docena de miradores oficiales aunque toda Lisboa es un mirador.

Estás en Figueira o en Rossio ¡qué plazas!. ¿Te has fijado en el suelo  Es la calçada à portuguesa. ¡¿y si la pisamos no se estropea ?!.

Sigue descubriendo esta ciudad en la que Miguel de Cervantes tuvo amores con una misteriosa y hermosa lisboeta. ¡Qué amantes de Don Quijote de La Mancha son estos portugueses!.

Y según vayas conociendo esta tierra, querrás saber más de su idioma, de su cultura, de sus canciones, de su modo de ser y vivir, ... y de por qué nos tienen tanto recelo a los españoles, y algún día, cuando hayas regresado muchas veces, lamentarás que la historia nos haya separado de tal manera que vivamos de espaldas.

Cuando vuelvas a casa, viendo las fotos, piensa en el lugar de Lisboa que más emoción te produce y proponte volver allí algún día con la persona amada. Esto es saudade.



Si el viaje te ha calado, cuando hables con los amigos no lo harás como esos turistas que presumen de conocer Lisboa - y Portugal entero - después de pasarse un fin de semana metidos en un autobús lleno de españoles con un guía que les explica en español lo que ven a través del cristal.

Y para preparar el próximo viaje a Lisboa, a Porto, a Évora, a Viana de Castelo, a Aveiro, a Guimarães, a Coimbra, a Setúbal, a Espinho, a Nazaré, a Amarante... a Madeira o a las Açores, lee a autores portugueses.

Decía José Saramago en "Viaje a Portugal" que el viajero volvía a los lugares para ver de noche lo que vio de día, con sol lo que vio lloviendo, en verano lo que vio en invierno... No quieras verlo todo : deja pendiente sitios imprescindibles para tener que volver.

Felipe Mellizo, que era una buena persona, periodista español, amante de Portugal, decía que LISBOA es el lugar donde van los españoles que han sido buenos en esta vida.

13 comentarios:

  1. Hola Antonio:
    Es una carta preciosa, mis felicitaciones a su autora y a ti por darla a conocer. La comparto cien por cien. Solo hay que dejarse enamorar por la ciudad, tal y como dice tu amable lectora al inicio, y lo demás viene rodado.

    Desde aquí, pido disculpas por ese comportamiento "avasallador" que tienen muchos madrileños cuando viajan a Lisboa. Es verdad lo que se dice en la carta, vamos como exigiendo, incluso en el idioma. Afortunadamente, otros madrileños, aunque lo fueran de adopción, como el gran Felipe Mellizo, compensan esos comportamientos con frases tan rotundas como la que se cita en la carta.

    Un abrazo muy fuerte, Jesús

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    1. Hola Jesús,

      Gracias por tus palabras. Me decidí a publicar la carta porque era muy real. Conozco Lisboa desde finales de los ochenta y ya he tenido tiempo de ver muchas cosas. Yo mismo he ido cambiando ¡a la fuerza! :) y reconozco que empecé mi contacto con la ciudad con cierta arrogancia, más propia de un adolescente que de la edad que ya tenía.

      Un fuerte abrazo

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  2. No conozco a nadie que haya visitado Lisboa o cualquier otro lugar de Portugal que hable mal, al revés, todo el mundo cuenta maravillas.
    Las fotos y la carta son preciosas,
    felicidades a la autora, y a tí Antonio, por traerla.
    Abrazos

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    1. Hola Mercedes,
      Creo que no se trata de que se hable bien o mal cuando se visita Portugal. Cada uno tendrá su propia percepción de las cosas, según su bagaje y sensibilidad. La carta trata de explicar muy sutilmente las razones de ese recelo histórico hacia los españoles y puedo asegurar que contiene todas las claves del asunto. Es una cuestión que acabará por desaparecer al mismo tiempo que la gente viaje más, pero que aún tardará.
      Muchas gracias a ti y un fuerte abrazo.

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  3. Em bom Português, haja alguém com essa percepção :)

    Obrigado!

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    1. Olá Luís e bem vindo ao blog.
      É nesse sentido que esperamos estar a trabalhar com este blog.
      Quem agradece sou eu.
      Um abraço.

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  4. Olá
    Estou impressionada com toda a discrição sobre Portugal. É um relato fantástico. De Lisboa, não há dúvida de que é uma autêntica "Carta de Amor". Tal como é referido trata-se de um valioso livro de instruções para todas as idades. Atrevo-me a dizer de que os roteiros turísticos não estão tão elucidativos. É, na verdade, um Guia incontestável para quem visite Portugal.
    Tudo é descrito em pormenor acerca de Lisboa. Eu que conheço bem esta cidade maravilhosa não descreveria melhor e com tanto rigor, tanta sensibilidade, tanto amor!
    A autora é muito observadora e sensível.
    A descrição da Torre de Belém está excepcional, direi mesmo invulgar, confesso que até me comovi. Obrigada!
    Maria Emília Guerra
    (Nota: não escrevo segundo o novo Acordo Ortográfico)

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    1. Olá María Emília!. Bemvinda ao blog e peço imensa disculpa pelos erros que vou façer ao escrever em português. O mérito todo é da autora da carta e amiga minha na rede, Teresa S. Lázaro. Como já se apercebeu, ela é uma grande conhecedora da alma lusa e apaixonada, como eu, do seu lindo país e de Lisboa.
      Fico muito contente por ter gostado do post e pela sua visita ao blog, que espero voltar ter.
      Também vou seguir seu muito pessoal e interesante blog.
      Muitissimo obrigado e um abraço

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    2. ¡Muchas gracias por tu generosidad, Antonio!.

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  5. Obrigada António, vou seguir com muito gosto o seu Blog, que é muito interessante.

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    1. Obrigado de novo, María Emília, é um prazer para mim e, além de mais, obrigo-me escrever em portugués que tenho muito esquecido.
      Um abraço.

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  6. La primera vez que fui a Portugal tenía 19 años. Fue un un viaje iniciático que me llevó, junto a mi hermana y una amiga a recorrer la costa atlántica, desde Figueira da foz hasta Cascais, pasando por la maravillosa Sintra. Desde entonces han pasado casi cuarenta años y he vuelto en innumerables ocasiones y puedo decir sin equivocarme que desde Ponte de Lima hasta Sagres, pasando por Evora, Setubal, Coimbra, Castelo Branco, Viana do castelo, Oporto, Sines, Silves y tantas y tantas ciudades y pequeños pueblos que a lo largo de estos años hemos visitado, nos sentido siempre en casa. Ahora tenemos la gran suerte de que mi hija está esdudiando en Lisboa, lo que nos permite visitar la ciudad regularmente, pasear despacio por sus calles, detenernos en cada fachada recubierta de azulejos y por supuesto, dejar pasar el tiempo sentados en alguno de sus parques, como Estrela, Principe Real, Das Amoreiras....escuchando música en vivo y tomando un café. Acabamos y volver y ya la echamos de menos Lisboa. Obrigada

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    1. Muchas gracias por tu comentario Raquel. El artículo ya tiene 6 años y las cosas van cambiando vetiginosamente. Lisboa sigue siendo una ciudad maravillosa donde poder pasear despacio, pensar o recordar. Creo que es una ciudad terapéutica, como todo Portugal, para los españoles.
      Un cordial saludo.

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