Luís Braamcamp Freire Pinto Coelho (Lisboa, 1942 - Madrid, 2001) fue un pintor portugués residente en Madrid durante 40 años, ciudad que, según contó, le aportó en aquella época el estímulo de un ambiente en ebullición que buscaba tercamente una identidad y claves diferentes a las establecidas. Residió en el Palacio de Anglona, tras su adaptación a viviendas.
Comenzó su aprendizaje como pintor en la Escuela Superior de Bellas Artes de Lisboa hasta que se vino a vivir a Madrid en 1961 acompañando a su padre al ser nombrado embajador de Portugal en España. En Madrid entró en contacto con su maestro, el pintor Luis García Ochoa, con quien trabajó durante dos años en su estudio hasta que fue becado por la Fundación Calouste Gulbenkian. Fue pionero en la feria ARCO, participó en numerosas exposiciones colectivas y realizó 54 exposiciones individuales en todo el mundo.
Su polifacética obra abarca la pintura de caballete y mural, el azulejo, escultura, escenografía, dibujo, artes gráficas, fotografía, diseño, tapices y grabado. Está presente en más de doscientas colecciones particulares de todo el mundo y en una docena de museos como el de Arte Contemporáneo de Madrid y Lisboa, el de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y el Centro de Arte Moderno de la Fundación Calouste Gulbenkian.
Su estilo más personal se expresó en la temática de personajes históricos, tauromaquias y escenas populares.
Pero lo que le dio más fama y prestigio fue su trabajo como retratista. Han pasado por su paleta personalidades de todo el mundo, entre ellas el rey Simeón de Bulgaria, el Gran Duque Juan I de Luxemburgo, Alberto de Mónaco, Alberto Rausell Manchon, Amália Rodrigues, José Saramago, António Ribero así como el expresidente portugués Ramalho Eanes.
En 1987 realizó un retrato al óleo del rey Juan Carlos I de España que quedó expuesto en el salón de audiencias del Palacio de la Zarzuela con el que queremos dedicar un pequeño homenaje al actual monarca cesante y pedir disculpas por la mala calidad de la imagen disponible.
En 1990 expuso en la Galería Funes de Madrid un conjunto de trabajos basados la mayoría de ellos en el cubismo, dentro de lo que los críticos calificaron como "proceso de desintegración de la forma humana" que vivió el artista, una síntesis propia de Picasso, Francis Bacon o Juan Barjola.
Pero lo que le dio más fama y prestigio fue su trabajo como retratista. Han pasado por su paleta personalidades de todo el mundo, entre ellas el rey Simeón de Bulgaria, el Gran Duque Juan I de Luxemburgo, Alberto de Mónaco, Alberto Rausell Manchon, Amália Rodrigues, José Saramago, António Ribero así como el expresidente portugués Ramalho Eanes.
En 1987 realizó un retrato al óleo del rey Juan Carlos I de España que quedó expuesto en el salón de audiencias del Palacio de la Zarzuela con el que queremos dedicar un pequeño homenaje al actual monarca cesante y pedir disculpas por la mala calidad de la imagen disponible.
En 1990 expuso en la Galería Funes de Madrid un conjunto de trabajos basados la mayoría de ellos en el cubismo, dentro de lo que los críticos calificaron como "proceso de desintegración de la forma humana" que vivió el artista, una síntesis propia de Picasso, Francis Bacon o Juan Barjola.
En julio de 1993 expuso en Madrid sus últimos trabajos en la Fundación Carlos de Amberes, bajo el título Los Virreyes de la India y otra imaginaria. Era un conjunto de esculturas, piezas de madera, de cerámica, versiones tridimensionales de sus cuadros, en la que el artista recuperaba toda la tradición artística de su país. Posteriormente la exposición pasó a Lisboa.
Fuentes:
Wikipedia, mcnbiografías, ABC y El País.
Hola Antonio:
ResponderEliminarExcelente artículo, casi diría crítica, sobre Luís Pinto, al que confieso que no conocía. Me sorprende la técnica casi fotográfica de sus retratos (me resulta espectacular), pero me quedo con las tauromaquias con las que nos ilustras y ese “proceso de desintegración de la forma humana”, que me parece fascinante.
Abrazos, Jesús
Hola Jesús,
EliminarMuchas gracias por el comentario. A mi también me parece fascinante el "proceso" desde el academicismo hasta esa síntesis cercana a la abstracción, sin detenerse demasiado en el camino. Además creo que fue consciente de ello debido al carácter irreversible de su enfermedad.
Un abrazo
Otro artista que nos descubres, Antonio, muy interesante tu narración. Me ha llamado la atención lo de que vivió en el Palacio de Anglona...
ResponderEliminarLa próxima vez que vaya el Museo de Bellas Artes buscaré su obra, ¡muchas gracias!
Un abrazo
Hola Mercedes, he buscado en el catálogo del Museo de Bellas Artes y el último que hay es de los 80, por lo que no viene, pero recuerdo haberlo visto allí hace tiempo. En relación al Palacio de Anglona, su estudio se veía desde la calle y no se si su hijo Pedro, pintor también, sigue pasando allí temporadas.
EliminarGracias a ti y un abrazo
Hola Antonio,
ResponderEliminarAlgún día, como a Mercedes; te reconocerán la labor divulgativa que haces con Pessoas en Madrid, todo un mundo cultural que "granito a granito"...
No hay nada más odioso para un artista que le comparen con otro, aunque en este caso creo que sería un halago, pues me recuerda a Francis Bacon.
Un abrazo.
Hola Manuel,
EliminarGracias por tus buenos deseos pero no es nada fácil. Lo de Mercedes es una pasada y nos ha "tocado" a todos un poco. Coincido contigo en lo de Bacon y Pinto Coelho pero me admira ese proceso de ir despojándose de referencias o vaciando la mochila para llegar ligero de equipaje al final de la vida.
Un abrazo