El pasado día 17 de agosto se celebró en Portugal la festividad de Santa Beatriz da Silva (Campo Maior, 1424 - Toledo, 1492). Fue beatificada por Pío XI el 28 de julio de 1926 y canonizada solemnemente el 3 de octubre de 1976 por Pablo VI.
Hija del alcalde de Campo Maior Ruy Gómes da Silva (no confundir con el homónimo príncipe de Éboli) e Isabel de Meneses, condesa de Portalegre y emparentada con la realeza, es un ejemplo más de familia itinerante entre España y Portugal.
Doña Beatriz fue seleccionada en Portugal por la futura reina de Castilla Doña Isabel de Portugal para formar parte de su séquito en calidad de dama, llegando a Castilla en 1447 donde se celebró el matrimonio real con Juan II de Trastámara.
Su historia en Castilla tuvo luces y sombras. Estuvo marcada por el azar de despertar la ira, la exacerbada celotipia de la reina y el atroz tormento al que la sometió, como también ocurriría después con el favorito Álvaro de Luna y su más conocido desenlace.
Según contó la propia reina mucho tiempo después a su hija Isabel la católica, los hechos ocurrieron de esta manera:
Estando la reina junto al rey en Tordesillas en los primeros meses del embarazo de su segundo hijo Alfonso, un cortesano hizo un desafortunado comentario acerca de la supuesta amante del rey que desagradó a la reina.
Se trataba de Beatriz da Silva, joven de gran belleza, profunda religiosidad, y de la que la mayoría de los caballeros de la corte decían estar enamorados.
Para colmo de males, unos días antes de oír dicho comentario, el rey había alabado en público la belleza de Beatriz.
Presa de una ira incontrolable, en cuanto la reina se quedó a solas con su dama le ordenó que la siguiera hasta el sótano del palacio y allí la encerró bajo llave dentro de un arcón.
Pasados tres días sin espacio, luz, agua ni comida, una aparición de la Virgen le reveló que no desesperara porque finalmente sería liberada.
El conde de Cifuentes, tío de Beatriz, preguntó a la reina acerca de su sobrina, a lo que ella respondió simplemente que le acompañase al sótano y allí le contó lo sucedido. Cuando el conde abrió el arcón encontró a su sobrina sana, salva y dicen que hasta más hermosa que antes.
En ese momento Isabel se dio cuenta de su mal proceder y pidió perdón a Beatriz, quien atribuyó su salvación a un milagro de la Virgen.
Retrato de Santa Beatriz y arcón donde fue encerrada por la Reina en Tordesillas. Actualmente, en el claustro superior del Convento de Toledo. |
Pocos días después Beatriz abandonó el palacio de Tordesillas y se dirigió a Toledo donde ingresó en el Monasterio de las Dueñas de Santo Domingo el Real llegando a ser la fundadora de la Orden de las Concepcionistas en honor a la Inmaculada que, según ella, la salvó en aquella ocasión.
Años después de su huida a Toledo tuvo el inestimable apoyo de su pariente lejana Isabel la Católica en la fundación de la Orden cuya aprobación por parte de la Santa Sede fue concedida en 1498. La actitud de la nueva reina hacia Beatriz corrobora la veracidad de lo esencial de este relato.
Retrato de Isabel la Católica. |
Otro relato extraído de las Crónicas de Fray Marcos de Lisboa cuenta lo que le ocurrió en su huida de la Corte hacia Toledo:
En este camino fue confortada por el Señor con otro aparescimiento, y oyó que la llamaban en lenguaje portugués, y volviéndose a ver quién la llamaba, vio venir dos frailes franciscanos, Francisco de Asís y Antonio de Lisboa. Saludáronla con palabras de mucha consolación, y no solo le quitaron todo el temor, y angustia de su alma, mas entre otras muchas palabras le dijeron que fuese muy segura y cierta, que con el favor de la madre de Dios sería ella madre de muchas hijas, muy benditas y nombradas, y estimadas en el mundo.
San Francisco de Asís y San Antonio de Lisboa |
¿Estaría Madrid en ese camino que tomó Beatriz para ir desde Tordesillas a Toledo? Entra en lo verosímil. Así mismo pudo acompañar a su celosa Señora en alguna de las estancias que Juan II hacía en Madrid cuando eran convocadas allí las Cortes, como lo atestigua la placa del lugar donde estuvieron las casas del Contador Alonso Álvarez de Toledo en la Calle de Santa Clara nº 2.
Más cierto es que Tirso de Molina se inspiró en la santa al escribir la comedia palaciega Doña Beatriz de Silva y que Madrid recuerda a Santa Beatriz de Silva con el colegio concertado de ese nombre en la calle de Alfonso Martínez Conde 4, en el barrio de Carabanchel.
BIBLIOGRAFÍA
Infantas de Portugal, rainhas em Espanha. Marsilio Cassotti. A esfera dos livros. 2012.
Recuerdos portugueses en Madrid. José María Sanz García. Instituto de Estudios Madrileños. 1992.
Mujeres peninsulares entre Portugal y España. María Isabel Barbeito Carneiro. Península. Revista de Estudos Ibéricos. nº 0. 2003.
Hola Antonio:
ResponderEliminar¡Hay que ver cuántas damas portuguesas han pasado malos ratos en Castilla! Claro que en esta ocasión la "mala" fue otra dama lusa.
Como bien dices, entiendo que las vinculaciones de Beatriz da Silva con Madrid fueron muchas, teniendo en cuenta el aprecio que sentía el rey Juan II por la villa.
Felicidades por el reportaje. Un abrazo, Jesús
Muchas gracias Jesús,
ResponderEliminarPues la verdad es que no lo había pensado pero excepto esta santa que se libró del asesinato, las demás damas morían desangradas o por viruelas o cáncer o en la miseria... y la peor de todas, con muchos años y mala "milk".
La vinculación de los santos lusos con Madrid es, en realidad, un pisuerguismo o la teoría del punto gordo. Aún así, agradezco mucho tus buenas intenciones al echarme un capote en este caso.
Un abrazo
Hola Antonio, nos traes otro personaje y otra historia para mí desconocida, y como siempre tan bien contada que te atrapa :) ¡cuántas pasiones! y a veces malas intenciones ¡uf!
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Mercedes,
ResponderEliminarYa sabemos de donde venía el problema de celos de Juana de Castilla, la loca, aunque en su caso tuviera motivos reales.
Gracias y un abrazo.